Nota:
Tu corazón
hecho acerrín,
yo lo quiero,
para hacer de el uno nuevo,
que huela a tu esencia.
M.
Palabras de: Mario Benedetti
Respetables por ser las palabras de Don Mario Benedetti, y hoy, en sus pronunciadas palabras me quiero inspirar.
¿Qué sabe Don Mario sobre el principio? de seguro debe saber que antes del principio ya era El Verbo.
¿Y del verbo, que sabe? A él -a Don Mario- le da con decir que el verbo eran las palabras, y coincido, dice él que el verbo eran las palabras (en un principio) frágiles, transparentes y putas.
No obstante, me gustaría añadir que siguen siendo desde el principio y seguirán siendo hasta el final de los tiempos...
Las palabras son y no son, las palabras emitidas por la boca, son un ruido que viaja en y con una entonación, en la entonación que se le dé, con el acento que se le dé, en y con el sentido que se quiera transmitir un mensaje.
¿Y las palabras escritas?¿Y las palabras de un mudo? creo que viajan en la entonación, en ése ruido marcado por sus cuerdas vocales acompañada de expresión, de intención.
¡ Me maravilla el arte con que un mudo marca el acento en la expresión!
Los he visto y me encantan, me encantan cuando usan sus manos y el cuerpo entero para acentuar su mensaje, con fuerza, con pujar de espíritu, para hacerse entender.
Volviendo al tema de las palabras...
Si las palabras son y tienen vida, es porque quien la emite, le ha dado el poder de ser, me explico, si mis palabras son frágiles, transparentes y putas, es porque yo las vestí de fragilidad, las coroné de transparencia y las maquillé como putas.
Las palabras no son ni buenas ni malas, ni putas ni santas, ni frágiles ni fuertes, las palabras son el medio usado para transmitir el mensaje que emana del corazón. Así las cosas, es el corazón, la intención del corazón -en realidad- lo que sería frágil, transparente y puto, no las palabras, ni el verbo, el verbo es la consecuencia dicha, verbada y actuada (con gestos) de la esencia que habita en la fuente y en la intención del corazón.
Por éso un mudo puede emitir un mensaje, porque el mensaje no son las palabras, el mensaje consta vive y habita en la intención del corazón, así las cosas, es el corazón quien habla, es el corazón preñado de fragilidad, transparencia y puta-nismo el que habla, no la palabra.
M.
M.