Cuando algo te ha vivido - realmente - por dentro
es difícil, casi imposible que muera.
Y hoy revivió su recuerdo.
Del corazón me subió a la mente su nombre,
su imagen, su tenue querer...
Busqué y encontré.
Encontré y me convencí una vez mas,
que mi gusto fue certero
que dí en la diana,
y que no me equivoqué al pensar y determinar
que la belleza anida en su rostro...
De eso habló Kalhil, de la hermosura
de la belleza,
alimento de los poetas.
Un alma linda, un corazón puro
unos ojos sensibles, y una sonrisa que florece
y que perfuma (como generosamente)
acostumbran perfumar las flores.
Así ha sido su recuerdo en la mañana de hoy,
un recuerdo hermoso, precioso, bello,
que ha alimentado - una vez mas - mi alma.